«¿Quién quiere ver a Vitor Belfort contra Phil Baroni?», preguntaba en Twitter el otro día Ali Abdelaziz. No pude reprimirme: «Nadie», contesté. Hay un fan dentro de mí que a veces sale, es inevitable.
Por si alguien lo desconoce, Ali Abdelaziz es uno de los agentes de luchadores de moda hoy en día en las MMA. Exluchador de poca fortuna, con un pasado tirando a claroscuro, lleva -entre otros- a Nurmagomedov, Werdum, Edgar y supongo que algún interés tendrá con Belfort o Baroni.
Pues bien, será que las artes marciales mixtas son un deporte joven, que queda camino por recorrer, que aún se han de profesionalizar más, los aficionados madurar…etc, el caso es que a veces siento que nos toman por tontos.
¿Qué interés puedo tener en ver a luchadores que realmente piden a gritos que les pongan el prefijo ex- delante?
No intento quitar importancia a lo que gente como Vitor Belfort ha hecho en su carrera pero la realidad, hoy en día, es la que es. Deportivamente el brasileño no tiene ya nada que ofrecer. Al igual que un partido de tenis entre Pete Sampras contra Goran Ivanisevic solo cabe dentro de una ‘pachanga’ de exhibición con 500 aficionados en las gradas, las MMA han de ir en esa dirección.
Y por si fuera poco después del tweet de Abdelaziz sale Chuck Lidell diciendo que quiere volver y enfrentarse a Jon Jones. Nada, ¡Rafa Nadal, prepárate que vuelve John McEnroe!
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