El señor Burns (no el de los Simpson) se ganaba la vida como tapicero. Un día le llegó un cliente con un encargo para su coche. Lo habitual hubiera sido que Herbert le hubiera cobrado por su trabajo pero no, decidió hacer un cambio con ese cliente que casualmente tenía conocimientos de lucha. ‘No me pagas por haberte tapizado el vehículo pero tú le enseñas grappling a mis tres hijos durante tres meses’, negoció el patriarca de la familia Burns. Dicho y hecho.
Los tres hermanos, Frederick, Gilbert y Herbert Jr. empezaron a rodar por el suelo. Tan duro era el mayor que le pusieron de apodo ‘Todo duro’. Y claro, el mediano Gilbert (Fonseca, Brasil, 1986), el mismo que viene de barrer a Tyron Woodley, recibió el de ‘Durinho’. Gilbert Burns empezó de esa manera su carrera para convertirse en uno de los de los mejores luchadores de brazilian jiu jitsu del planeta.
Gilbert Burns (dcha) junto a su hermano pequeño Herbert que también pelea en el UFC.
Después del BJJ llegaron las artes marciales mixtas en 2011 para llegar al UFC tres años después con la vitola de imbatido pero sin hacer mucho ruido. En plan silencioso. Ganó combates (ocho) pero también perdió otros (tres). Sin aspavientos.
No fue hasta que decidió subir definitivamente al peso welter en 2019 cuando ‘Durinho’ empezó a ser tenido en cuenta dentro del UFC como se merece. Cuatro peleas, cuatro victorias. La más ruidosa, ante Demien Maia este pasado mes de marzo. Luego, claro está, ha venido la del ex campeón Woodley.
Gilbert levantando a Kamaru Usman cuando este ganó el TUF. Sí, son compañeros de entrenamiento.
Intento buscarle comparaciones entre compatriotas suyos:
- Por su carrera dentro del UFC lo compararía con Rafael dos Anjos. Los dos duros, super fiables, mejorando con el tiempo en su rendimiento hasta llegar a un punto máximo en el que son o aspiran a ser campeones.
- Por su forma de ser lo compararía con Junior dos Santos siempre con la sonrisa dibujada en su boca (hasta que entran en modo ‘guerrero’ y ahí se acaba la broma).
- Por su estilo de vida me viene Vitor Belfort a la cabeza. Familiar, discípulo de Dios y plenamente integrado en los Estados Unidos.
Con una división plagada de tiburones como el champ Usman, Covington, Masvidal o Edwards, ya nadie puede negar la evidencia, Gilbert Burns está aquí, su momento ha llegado.
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