No solo del UFC y las artes marciales mixtas vive el hombre. Esta semana me he propuesto entrevistar a tres guerreros de otras disciplinas diferentes. Igor de Castañeda, Alan Bentancor y Alberto González me guían por el combativo universo del karate, sambo y brazilian jiu jitsu. Tres formas de pelear distintas con un objetivo común, acabar con la mano alzada.
Conocí a Alberto González (Sevilla, 1984) en 2016 cuando fui a entrevistar a Enrique ‘Wasabi’ Marín. Sus inicios marciales fueron los mismos (el olvidado valetudo) pero poco a poco el camino se separó. «Cada uno acabó destacando en lo que mejor se le daba. Enrique siempre se le daba mejor el golpeo y a mí se me daba bien estar por el suelo», dice. Ambos son socios actualmente (junto a la mujer de Alberto) de la academia Sutemi de Sevilla donde Alberto imparte su filosofía de vida resumida en su estado de WhatsApp: «Jiu jitsu 24/365».
Para uno de los mejores deportistas de BJJ de España es difícil ganarse la vida compitiendo. ¿Y enseñando?, le pregunto. «Enseñando también es complicado. Se puede vivir siendo profesional y apasionado. Solo con el cinturón negro, no abres las puertas de una academia y te va entrar gente», responde.
Uno por lógica podría pensar que los practicantes más destacados del brazilian jiu jitsu están en Brasil pero, según Alberto, «los mejores del mundo están en EUA, muchos de ellos son brasileños y no están en Brasil porque allí no hay dinero». Hablar de Brasil y BJJ es hablar de los Gracie. Hilando con la actualidad saco el tema de Cub Swanson a la palestra. Al luchador del UFC ha habido academias que se han negado a ayudarle de cara a su combate de este fin de semana con Kron Gracie en Tampa. No le extraña: «La gran mayoría de las academias dependen de un profesor que en cierta parte puede ser que venga de los Gracie. Imagina que Swanson hubiera ido a la academia de Romulo Barral pues Romulo Barral es de Gracie Barra. Probablemente no lo vayan a dejar entrenar allí».
Y ya que estamos hablando del Ultimate Fighting Championship, por qué no preguntarle por cuál considera que es el estado del jiu jitsu dentro de las artes marciales mixtas actualmente. «Ahora mismo no es el momento del jiu jitsu en las MMA, tuvo su momento en los 90. Maia ha sobrevivido dentro de esta época ciega del jiu jitsu en la que los wrestlers han dominado», comenta no sin lanzar un aviso a navegantes para terminar. Y es que los nombres de Gordon Ryan, Garry Tonon y Rafael Lovato Jr. le hacen venirse arriba. «Hay una nueva generación de deportistas que van a llegar ahí a las MMA con un jiu jitsu más completo. Entrenan lucha para mejorar el derribo, hacen judo o clases de wrestling puro americano», finiquita.
MUCHO menos conocido y practicado por nuestras tierras es el sambo. Lo sabe bien el campeón de España, Alan Bentancur (Málaga, 1990). «No hay demasiados sitios específicos donde entrenar, gente que se dedique exclusivamente al sambo en España puede haber uno o dos«, revela.
Originario de Rusia, el sambo es una mezcla entre el judo antiguo y la lucha de suelo. La eclosión de las artes marciales mixtas ha ayudado a expandir su nombre por todo el mundo, también por nuestro país. «Aquí en España la gente se empezó a fijar en Khabib y de dónde venía. Y resulta que hacía sambo y combat sambo. Es un deporte que se ha dado a conocer gracias a él y a Emelianenko», señala Alan que también indica que las diferencias entre las dos modalidades son que en «el sambo no hay golpeo, son derribos, luxaciones…etc, mientras que el combat sambo es lo mismo pero con golpeo, llevan guantillas y casco».
Gran parte de los luchadores rusos que vemos en el Ultimate Fighting Championship vienen de este deporte. Precisamente hay una cosa de ellos y su forma de pelear de pie que siempre me ha llamado la atención y es que raramente los ves combinar golpes arriba y abajo. Lanzan con potencia pero golpes solitarios. Alan me alumbra: «Claro, en el combat sambo tú puedes golpear pero si te derriban y hacen una proyección limpia puntúa el rival, ¿de qué te han servido los golpes? La gente no gana tanto por KO como por las transiciones, mira por ejemplo, cómo pelea Khabib, él lo que hace es un golpe aislado y directamente va a derribar, meter presión y posicionar».
Ser campeón de España debería ser generalmente una buena fuente de reconocimiento pero no es el caso de un Alan que sabe que quizás los aplausos le lleguen más con las MMA. Por eso ha iniciado la transición de la mano de su amigo Dani Ladero. De momento, la primera pelea amateur la ganó a la manera ‘sambo’, es decir, con derribo y palanca de brazo. Ahora, solo tiene que enfocarse en su objetivo, precisamente el talón de Aquiles de Alan Bentancur: «El problema mío que tengo es que no termino de centrarme en un solo deporte. Quiero abarcarlo todo», remata.
HABLANDO de problemas. ¿Os acordais cómo resolvió Daniel LaRusso su problema con la rodilla en el final de ‘Karate Kid‘ (John G. Avildsen, 1984)? Lo hizo con la mítica patada de la grulla que le valió para ganar el combate. ‘Momentazo’ cinematográfico. Cuando años después Igor de Castañeda (Vilanova i la Geltrú, Barcelona, 1988) repasa esta película tiene otra sensación diferente a la que tenía de pequeño: «La he visto técnicamente y buff…bueno, son actores, ¿no? Pero el mensaje y la filosofía son muy bonitos».
El karate le viene a Igor heredado. Su padre tiene una escuela fundada en 1976 y es allí donde se gana la vida impartiendo clases. La otra forma de ingresar dinero la ha encontrado con el Karate Combat, una competición con menos de dos años de vigencia que está, poco a poco, acaparando atención mediática. «Me ofrecieron un contrato y mi primera pelea la hice el año pasado en julio y me fue bastante bien. Desde entonces he hecho dos más. Tengo dos victorias y una derrota», me comenta.
Las peleas tienen lugar en un foso de 8×8. Son tres asaltos de tres minutos con el sistema 10-9 de puntuación, relativamente parecido a las MMA. Aquí, de hecho, también compiten con guantillas pero, evidentemente, las diferencias existen. He aquí algunas de ellas según Igor: «Podemos golpear en el suelo durante cinco segundos siempre previo a un barrido o a un single leg, el double no está permitido. No es legal el low kick al cuádriceps o al interior, solo de la rodilla hacia abajo para barrer. No hay codazos ni rodillas. Tampoco se permiten los uppercuts, los ganchos sí».
Igor viene de ganar en EUA su último combate contra un húngaro para el que se preparó ampliamente con Cesar Córdoba, aunque también tuvo tiempo de aprender de Enoc Solves en Valencia. No en vano su opinión como karateca de las artes marciales mixtas es positiva, hasta el punto de decir que «es el deporte marcial más completo, el summum».
Esa última pelea no es de todas maneras la que mejor sabor de boca le ha dejado. La primera en Atenas, un KO en 26 segundos, es la preferida y encima con agradable recompensa económica. «La bolsa normal es de tres ceros, el bonus por KO ya son cuatro ceros y si encima haces Fight of the Night como yo allí, sumas más», me dice Igor que se llevó, nada más y nada menos, que 32.000 dólares para Vilanova. Como para no seguir queriendo ‘dar cera’ en Karate Combat.
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