Damian Frankiewicz, Mohamed El Jaghdal y Héctor González son tres jóvenes luchadores de MMA que residen en España. Sus países de procedencia son Polonia, Marruecos y Colombia. Aquí, junto a nosotros, desarrollan su pasión por las artes marciales mixtas con el objetivo de llegar lejos en este deporte. Esta es la historia de los que también suman, la gente de fuera (Foto portada, Unit MMA Zaragoza).
Qué sorpresa me llevo cuando me dice que el deporte numero uno en Polonia es el…¡¡¿voleibol?!! Esperaba cualquier deporte más combativo. Damian Frankiewicz (Sosnowiec, Polonia, 1992) llegó hace 10 años junto con sus padres y hermana a Palma de Mallorca. Hace cinco meses hizo mudanza: «Sentía que necesitaba algo más porque aquí no avanzaba. Me llamó la atención Sevilla y ya cuando fui allí y conocí a Enrique (Wasabi) lo tenía claro, ese era el sitio para mí». Se ha acostumbrado a que le llamen ‘El Polaco’, «no me importa», dice. Tampoco le importa lanzar esas patadas de izquierda afiladas que tanto daño le hicieron a su último rival, Thiago Martins, en Canarias y con un cinturón pluma en juego. «Me sentí muy cómodo. Preparamos ese combate a muerte, la estrategia fue perfecta», comenta.
Damian, flanqueado por su padre y ‘Wasabi, posando con el cinturón de MADNESS FC (Foto Madness).
Más allá de lo del voleibol, sí que me reconoce que en Polonia, adonde vuelve un par de veces al año, los deportes de combate se viven de otra manera a España. «El MMA y los deportes de contacto siempre se han visto bien allí». Con razón el evento con más asistencia en las historia de las MMA tuvo lugar en su país el año pasado, 57.000 almas (ligeramente por encima del UFC193 de Melbourne con 56.000 asistentes). La culpable fue la promotora local KSW. «Si te fijas en las peleas no hay mucho nivel. En BAMMA, en ACB, en ONE, ahí sí que dices ‘esta gente cuidado, eh’ pero en KSW hay un par buenos pero sobretodo son mediáticos y esto es lo que ha llamado la atención de la gente«.
«¿O sea que la estrategia de KSW es dar mucho espectáculo y convencer a celebrities para que se conviertan en luchadores?», le comento. «Pudzianowski ha sido cinco veces ganador del Strongman y claro, ves a ese animal entrar a la jaula con 160kg y llama la atención a todos», contesta.
Habituados ya a los apellidos polacos en el UFC (Jedrzejczyk, Jotko, Held) le saco el tema de sus metas dentro del deporte. Básicamente pasan por «disfrutar. El día que lo deje de disfrutar lo dejaré. Hay que hacer lo que uno le haga feliz».
Mohamed El Jaghdal.
¿Y qué hace feliz a Mohamed El Jaghdal (Kasar Kabir, Marruecos, 1999)? ‘Moha’, así le llaman sus amigos, es el más joven de nuestros tres protagonistas, 18 años, compitiendo en 70kg. Acabada ya la ESO su idea es empezar estudios de mecánica aunque en este 2018 su feliz propósito era descansar. Era. «Este año no tenía previsto debutar en profesional y ya he peleado tres veces. Quería sacarme el carnet pero bueno ha salido una pelea, tras una y tras una y aquí estoy». Y aquí está con un 3-0, así de fácil, aunque Sherdog solo recoge una de esas victorias.
El Jaghdal empezó a practicar kickboxing con 15 años y eso se nota en sus combates, aunque entrenar en el Tubarao Team de Elton Silva le ha pulido a ras de lona. «En el suelo es no ponerse nervioso, intentar con cabeza salir de ahí», añade. Vive en la zona de Tarragona desde que con un año se vino con su familia a España, por lo que tiene la doble nacionalidad, hispano-marroquí.
Al hilo de esto, bien es conocido que en nuestro país hay una gran colonia marroquí. «¿Quizás por ahí puedes captar algunos aficionados?», sugiero. «Sí, la verdad ya cuando veo entre el público a gente que es de Marruecos y que están conmigo, me hacen sentirme más cómodo y decidido a dar el 100%».
Las MMA parecen no tener mucho tirón en la zona del norte de África. Me lo confirma: «No, la gente están más en K1 o kickboxing. No han llegado aún, he visto pocos sitios que entrenan allí MMA, por no decir ninguno».
Rodillazo de El Jaghdal a Samuel Blasco (Foto ZFN).
‘Moha’ anda un poco decepcionado, tenía ganas de participar en el AFL16 de Reus (¡¡¡hubiera sido su cuarto combate en cuatro meses!!!) pero el evento ha sido cancelado. «Me hacía ilusión, hubiera sido la primera vez que peleaba en casa», finaliza.
El tercer invitado también es un buen prospecto a seguir de cerca. Héctor González (Calí, Colombia, 1993) vive en Zaragoza desde que vino a España hace ocho años. Entrena MMA desde hace tres a las órdenes de Kike Pérez (Kike Camm para los amigos) en el Training Unit de la capital aragonesa. Se le ve agradecido, «es el que me ha educado en todo y ha explotado el potencial que llevo. Ha hecho de mí un luchador».
A Héctor, que lucha normalmente en 66kg y tiene a Georges St-Pierre como peleador preferido, no le va la fiesta («no me gusta estar ahí gritándole a un amigo para poder hablar jejeje») y es habitual verlo en misa acompañando a su madre y hermana.
Héctor González, antes de entrar al octágono.
Su Sherdog tampoco refleja la realidad. Es un 4-1, no un 2-0. ¿Adivináis quién le infligió su única derrota? El Jaghdal, en una buena pelea hace poco más de un mes, siete días después de que el colombiano debutara con victoria en el AFL de San Sebastián. «Cualquiera diría que hay cuentas pendientes», le comento. «Más si cabe sabiendo que también derrotó a otro de tus compañeros de equipo, Samuel Blasco, en febrero». «Esto es un deporte y al final nos vamos cruzando en el camino. Él entrena igual que nosotros pero es un camino muy largo», responde.
Su enfoque es exclusivo en las artes marciales mixtas, no piensa en estudiar algo o trabajar más allá de las MMA. «Yo me he centrado solo en esto porque es una oportunidad única en la vida, tiempo para trabajar ya habrá. Somos jóvenes, que sale bien, bien, gracias a Dios, que sale mal, pues ya miraremos qué hacer, así es la vida, disfrutar de los que nos gusta».
Frankiewicz, El Jaghdal y González, tres buenos exponentes de los que también suman para el desarrollo y crecimiento de las MMA nacionales.
Hacer un comentario