Recuerdo hace más de 20 años cuando a jugaba a fútbol (con más pena que gloria) en los cadetes del CD Roda (club hoy en día colaborador del Villarreal CF). Había un compañero de nombre Rubén, un chaval normal como la mayoría, con buen sentido del humor. Todo lo contrario que su padre que venía de tanto en tanto a verlo. Cuando lo hacía se ponía en un extremo del campo, como si supiera que su sitio era estar alejado de los demás, como si supiera realmente lo que era, un impresentable. Insultaba al árbitro, faltaba al respeto, chillaba. Siempre que venía la armaba sí o sí, en cualquier momento estallaba. Seguro que todos conocemos o hemos conocido a gente así, porque la hay y mucha.
Gente así es la protagonista de los muchos casos de trifulcas en el fútbol base que están apareciendo (la última en un partido de juveniles en Andorra). «Eso no pasa en un partido de balonmano, eso no ocurre en un evento de MMA», dicen algunos que aprovechan para cargar contra el fútbol. ¿Debería hacer yo lo mismo? Este Blog habla sobre el UFC, es decir, Artes Marciales Mixtas, por tanto, ¿qué hago, me uno a la cruzada antifútbol? «¡¡¡Vayamos a por el enemigo!!!».
El problema es que el enemigo no es el fútbol, el enemigo son los padres impresentables. Y de esos los hay en todas partes, en todos los deportes (lo que cambia es el número).
¿Sabéis cuantos partidos de fútbol base se disputan en España en un fin de semana? Unid todos los partidos o eventos dirigidos a niños de balonmano, tenis, baloncesto, gimnasia rítmica, natación, judo…etc, y no igualarán ni por asomo a los del fútbol. Por tanto, las posibilidades de encontrar padres, hermanos o primos ‘chungos’ son infinitamente superiores en el mundo del deporte rey que en todos los demás. Cuestión de probabilidades.
Hacer un comentario