Cinco segundos, KO más rápido en la historia del Ultimate Fighting Championship y Ben Askren a dormir. La imagen más llamativa del UFC239 no fue ‘chiripa’. Juraría que Jorge Masvidal en ninguna de sus 16 peleas anteriores en el UFC empezó con una rodilla voladora. Contra Askren sí lo hizo. ¿Por qué?
El hasta ahora imbatido Ben Askren es con diferencia el wrestler más unidimensional que existe en las artes marciales mixtas. Tanto que parece sacado de las primeras ediciones del UFC primitivo, el de las mínimas reglas de la caballerosidad. De pie, Askren no es una amenaza. Su golpeo se limita al que ejecuta a ras de lona. Y eso lo hace cuando consigue llevar al suelo al rival, precisamente el gran objetivo de los wrestlers.
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El ADN de Ben Askren es de derribar, derribar y derribar. Es lo que intentó al Masvidal sorprendentemente cargar contra él. Cuando reaccionamos ante algo repentino lo hacemos por instinto. Y el de Askren no le dijo, ‘protégete, escapa lateralmente, da un paso atrás’, el suyo le guió hacia abajo, al derribo. El problema es que desde el sótano subía algo, la rodilla.
Masvidal lo sabía. Tal y como ya se ha visto en algunos vídeos había practicado esa rodilla voladora para utilizarla contra Askren. Normal. Un rodillazo bien ejecutado y con el timing de lado es seguramente el peor enemigo de los wrestlers.
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