Mientras hay algunos artistas marciales mixtos de 40 años que no ven la hora de retirarse, hay otros que lo hacen con tan solo 26 años. Es el caso del francés Tom Duquesnoy (Pas-de-Calais, 1993) que esta misma semana ha anunciado su adiós. «No puedo dedicarle el tiempo necesario a los entrenamientos profesionales. He de enfocarme en lo que me apasiona más», decía un Duquesnoy que prefiere dedicarse a la enseñanza de las MMA que a combatir al más alto nivel.
Más allá de analizar cómo alguien tan joven y prometedor puede tomar esta decisión a tan prematura edad, lo que a mi interesa es lo que significa para las artes marciales mixtas francesas.
Para empezar conviene recordar que, una vez Rusia finalmente ya ha sucumbido a los encantos del UFC, Francia es el único ‘gran’ país de Europa que nunca ha albergado un evento de la compañía. Allí, este deporte sigue sin ser legal (cómo ya analicé en un artículo del 2016).
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Seguro que por la mente de los altos directivos del UFC pasó en su momento que una buena manera de presionar a los políticos franceses era la aparición de un luchador estrella. ¿Duquesnoy?
Tom Duquesnoy, después de una victoria.
Al hablar de Tom ‘Fire Kid’ Duquesnoy (16-2) no hablamos de un peleador del montón. Doble campeón de BAMMA, en 2017 aterriza en la mejor compañía del planeta. En este tiempo ha peleado tres veces (dos victorias y una derrota). Por cualidades técnicas, capacidad de mejora, imagen física y actitud (más tirando a GSP que a McGregor), el éxito del ‘Chico de Fuego’ podría haber sido un empujón importante para las MMA de nuestros vecinos del norte. Podría…
Duquesnoy no será ni el primero ni el último luchador que abandona antes de llegar a meta. Sus razones tendrá. Eso sí, su retirada es una mala señal. Incluso, dudo que este adiós haya generado un mínimo debate allí.
La resistencia de los gabachos sigue intacta.
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