Llegó de nuevo Jon Jones para volver a coronarse como el rey de los semipesados del UFC. Tortuosa carrera la suya llena de cinturones, picogramos extraños y algún que otro coche estrellado.
Sus habilidades técnicas innegables le han proporcionado desde hace tiempo un sitio de honor entre los elegidos aunque lejos del nivel del ‘Elegido’ McGregor. El norteamericano al contrario que el irlandés no goza del cariño de la gente. Jones cae mal.
¿Y qué panorama se le presenta ahora? ¿Dónde, quién, cuándo?
La clave es el donde. El quien está claro, será Cormier. El cuando no importa, será cuando será.
➡️ Es un hecho que con el daño que ha hecho a su carrera Jon Jones aún está a tiempo de limpiar algo su legado. Para hacerlo necesita:
1️⃣ No caer nunca más en un control de dopaje ni estrellar su coche contra otro saliendo por patas.
2️⃣ Buscar otro ‘donde’, es decir, dejar la división semipesada, subir de categoría de peso y ahí sí, volver a ganarle a Cormier.
Como ‘light heavyweight’ Daniel Cormier perdió dos veces contra Jones, es cierto, pero no olvidemos que si Cormier peleaba en esa división era para evitar enfrentarse a su amigo Caín Velasquez en los pesados. El ‘gordito’ nunca ha protagonizado ningún capítulo polémico, su imagen es pulcra y con justicia le arrebató el cinturón a Miocic recientemente. No tiene nada que demostrar ya que ha sido campeón en dos divisiones. Dentro de unos años cuando sus nietos le pregunten: «¿Abuelo, por qué perdiste contra Jones?», podrá responder que porque Jones era un tramposo.
Depende de Jones que Cormier no pueda utilizar ese argumento, por tanto está obligado a ceder y subir. ¿No quería hacerlo para enfrentarse a Lesnar?
Y además conviene recordar que Jon ‘Bones’ Jones no es Conor McGregor, carece del poder omnímodo del de Dublin a la hora de exigir y negociar por una simple razón, el ‘money honey’ que genera??
¿Cuántos pay-per-views de Jones pasan del millón de ventas?
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