Después de su victoria ante Tony Ferguson, Justin Gaethje (Safford, Estados Unidos, 1988) es el siguiente en la cola para intentar derrotar al invencible Khabib Nurmagomedov. Marcado por la vida minera de su familia, los genes combativos de Justin le empujaron a la búsqueda de una realidad mejor para él y los suyos. Hoy me tomo la licencia de traducir y adaptar un artículo de Brett Okamoto para ESPN sobre Justin ‘The Highlight’ Gaethje.
Justin Gaethje tenía 18 años cuando trabajó un verano en las minas de cobre Morenci, a una hora de distancia de su ciudad, Safford, en Arizona, una localidad de 10.000 habitantes.
El padre de Justin, Ray, se retiró de la vida minera en septiembre después de trabajar en Morenci 36 años. Su madre, Carolina (de ascendencia latina), también trabajó allí brevemente después del instituto. Los dos abuelos de Gaethje fueron mineros, igual que su hermano gemelo, Marcus, durante casi 10 años. Ahora trabaja para una empresa que vende equipamiento a la mina.
Y durante tres meses de verano, después de graduarse del instituto en el 2007, Morenci también fue la casa de Justin.
«Trabajaba siete días a la semana, 12 horas al día», dice Justin. «Lo hice durante tres meses seguidos y solo falté un día porque tenía que dormir algo».
Hace 13 años Justin Gaethje no sabía dónde le iba a llevar la vida. No podría haber anticipado que un chico de orígenes mineros acabaría como un artista marcial mixto de élite.
En ese verano en la mina, Justin recuerda un momento en el que vio que su futuro no estaba allí. «Había dos chicos con los que trabajaba que me decían, ‘volverás aquí, no llegarás a nada fuera de la mina’, recuerda el norteamericano. «Eso se que quedó en mi cabeza. Pensé que por nada iba a permitir que sucediera. Si tenía que volver que fuera por propia elección no porque fracasara en mi intento».
COMPETITIVIDAD INNATA
Cualquier miembro del entorno de Gaethje cree que la razón principal de haber llegado donde ha llegado, y no seguir la hoja de ruta habitual de los jóvenes de Safford, es la competitividad. Tiene que competir (y desde bien pequeño).
Curioso como su madre Carolina le recuerda con dos años persiguiendo a un cachorro que le había mordido. ¡Al final le devolvió el mordisco al perrito!
Esa necesidad de competir ha marcado su vida. Es lo que le llevó a ganar dos campeonatos de lucha en el instituto y le hizo finalmente dejar el wrestling universitario de primer nivel y enfocarse definitivamente en las MMA en el 2010.
EL PASO A LAS MMA
Su primera pelea amateur fue en agosto del 2008, sobre un ring de boxeo en Denver.
El debut duró 28 segundos. Sin una base de golpeo, Justin fue immediatamente a por el derribo noqueando a su rival con un slam. Un inicio magnífico para alguien con cero experiencia dentro de las MMA y clara señal de lo que vendría después.
Cuando su entrenador de siempre, Trevor Wittman, le preguntó si creía que podía llegar a ser campeón, Justin le respondió: «Al 100×100 que puedo serlo». Pero, tal y como reconoce Wittman lo que más le llamó la atención de él era que su principal objetivo -por encima de ser campeón- era el de ser el luchador más espectacular del mundo.
Y es que Justin ya se había dado cuenta de una cosa. Ganar era importante pero había que dar algo más. Ese ‘algo más’ podía hacer que ganara más dinero con los bonus. La economía manda.
«Me pagan lo que me pagan por mi manera de luchar. Puede haber peleadores con un 13-0 y 13 decisiones, y quizás no lleguen a 5.000 dólares», dice Gaethje.
Con esa forma de entender el deporte, ganó sus primeras 17 peleas profesionales, solo dos de ellas en la decisión de los jueces. Es el estilo Gaethje. Lo de ‘Highlight’ no es por casualidad.
Ese estilo le llevó al UFC y en su primera pelea, en julio del 2017, le permitió llevarse una buena bolsa por noquear a Michael Johnson. El de Safford se hizo con 300.000 dólares, 100.000 por pelear, otros 100.000 por ganar, y dos bonificaciones de 50.000 por la pelea de la noche y mejor actuación.
LAS DERROTAS MARCAN
No obstante en los siguientes dos combates algo hizo modificar ese estilo kamikaze generador de tantos beneficios económicos. Algo tan simple y amargo como perder. Fue ante Eddie Alvarez y Dustin Poirier. Sí, seguían cayendo bonus pero quizás ya no eran suficiente.
Y de nuevo vino Trevor Wittman con su pregunta estrella, ahí poniendo el dedo en la llaga. «Le volví a preguntar si aún quería ser el luchador más espectacular del mundo», reconoce. «No señor, quiero ser campeón del UFC», respondió Gaethje.
Curioso que detrás de esa respuesta también haya razones económicas. Sí, parece que en la mente de Justin Gaethje el dinero no falta nunca.
«Cuando perdí esas dos veces, solo cobré la mitad. Esto funciona así en este deporte. Así que una vez ya había demostrado ser uno de los luchadores más atractivos de ver de las MMA, ahora toca ir a por el cinturón», dice el de Arizona.
Según Wittman, su pupilo ha empezado a correr menos riesgos dentro del octágono. Sigue presionando pero «está siendo más selectivo».
Y parece que los resultados no pueden ser mejores. Sus últimos cuatro combates han acabado en victoria y con bonus, como no.
Ahora el camino le lleva directo hacia AQUEL A QUIEN TODOS TEMEN, Khabib. El ruso le obligará a sacar lo mejor de sí mismo, incluidas esas habilidades para el wrestling que no hemos visto todavía.
Aunque lo importante ya está hecho.
Quizás haya un chico ahora mismo en las minas de Morenci viviendo lo que vivió Justin en el 2007. «Es fácil pensar que no hay vida más allá de Safford, especialmente si no has visto lo grande que es el mundo. Quiero ser una fuente de inspiración», sentencia.
Es el estilo Gaethje.
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