Quizás al mirar la foto de arriba y ver el físico del norteamericano Roy Nelson uno pueda pensar que las MMA son un deporte poco exigente. Pero esa barriga es un engaño. Nelson es simplemente la excepción que confirma la regla.
El pasado fin de semana el bueno de Roy se enfrentó a otro ilustre veterano de ésto, Josh Barnett. El combate se fue a la decisión para Barnett después de cinco rounds. Si ya una pelea a tres rounds se le hace eterna a Nelson, imaginad como acabó en la de Japón. Exhausto no, lo siguiente. El ‘Big Country’ aguanta en la empresa básicamente por su volea de derecha y por su quijada de acero. Su físico no le da para más.
Con la evolución de las MMA -un deporte considerado joven todavía- el buen acondicionamiento físico es un factor innegociable hoy en día. En otras palabras, para entrar a un octágono o estás bien físicamente o mejor te quedas en las gradas. Hay combates que se deciden en el momento en que uno de los contendientes baja las revoluciones de su motor. Si eso ocurre en el atardecer de un combate exigente, es comprensible. Pero si ocurre en los primeros minutos, es una vergüenza.
La cantidad de energía que se pierde golpeando, evitando que te golpeen, derribando, evitando que te derriben, sometiendo, evitando que te sometan…es tan grande que si uno de los contendientes llega a su límite mucho antes que su rival, se convierte en un peleador previsible, lento y vulnerable.
En resumidas cuentas: Buenas zapatillas, ropa cómoda y a correr. Hay que ser un atleta. El UFC no es sitio para ‘Nelsons’.

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