Empecé a escribir esta página dedicada al UFC después de hacer un curso sobre redes sociales. En el apartado dedicado a los blogs el profesor dijo una frase que se me quedó grabada, «cuando escribes un blog, hay que tener claro que el contenido es el rey». Importa que escribas algo que interese. Más que lo bonita que sea la web, lo que hay dentro es lo esencial. ¿Y qué hay dentro de Conor McGregor?
Empiezo por lo que hay fuera. En el exterior tenemos al deportista más carismático del UFC, un tipo encantado de haberse conocido, amante del lujo, de las poses y del artificio. Le encanta montar el show en los pesajes y en las encaradas con el rival de turno. Estoy seguro que de pequeño disfrutaba viendo a personajes como el Enterrador de la WWE porque posee esa teatralidad propia de la lucha guionizada, la de mentira. Todo ello ha hecho que sus peleas se hayan convertido en grandes beneficios económicos para la compañía. McGregor es un needle mover, es decir, un tipo capaz de hacer que la aguja de la audiencia se mueva. Siguiendo con la terminología anglosajona, a estas alturas es -junto a Ronda Rousey- The Real Deal, que aquí traducido al idioma patrio vendría a ser ‘el puto amo’.
¿Y dentro? Dentro de McGregor hay más de lo que en un principio uno puede pensar. Tenemos a un peleador diferente al resto. Un luchador que después de lanzarte varias manos certeras de boxeo made in Ireland te levanta de repente una rodilla voladora. ¿No se suponía que las rodillas voladoras vienen a consecuencia de una carrera que sirve como impulso? La practica a lo largo de su vida de diferentes de deportes de contacto y artes marciales le convierte en imprevisible.
Sí, la verdad es que aunque cueste reconocerlo, McGregor es bueno, muy bueno. Cuando aún no tenía ningún tatuaje en el pecho en 2013 derrotó a Marcus Brimage en su primera pelea en el UFC con un golpeo de puños tan agresivo como inteligente, TKO. Venció a Max Holloway (el mejor de los rivales que ha tenido) a los puntos siendo claro dominador en los tres rounds. En sus últimas tres peleas, otros tres KO técnicos. Se alzó con la victoria con suma facilidad ante el brasileño Diego Brandao (ganador del The Ultimate Fighter 14), Dustin Poirier (un luchador Top10 de la categoría que cayó como un saco de patatas después de una mano que apenas le rozó la cabeza) y Dennis Siver (duro veterano alemán que seguramente nunca en su carrera fue tan inferior a nadie como esa noche en Boston).
Alentado por toda una nación que lo tiene en un altar, el rey McGregor ha pasado por encima de todos sus rivales con una superioridad aplastante. Aunque cierto es que nunca ha peleado con los tres mejores profesionales del peso pluma del UFC. Chad Mendes, Frankie Edgar y, por encima de ellos, el Rey Aldo (del que hablaremos la semana que viene siempre y cuando su lesión de costillas no le aparte del UFC189 del 11 de julio).
Por Enrique Gimeno
* ACTUALIZACIÓN: La fractura de costillas deja a Aldo fuera del UFC189. En su lugar será Chad Mendes el que se enfrente al Rey McGregor.
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